De vuelta de la guerra de Malvinas con 19 años; las
secuelas, marcadas en el alma. La búsqueda empezó
sumando confusión: desde la libertad mal entendida. Pero
de a poco…. empezaron a surgir otras ideas; salud, vida
sana, comer menos. Y después… empezó la búsqueda
espiritual, con ella la paz, el equilibrio, la armonía.
¿Adonde? ¿Cómo? ¿Con quién? Todas las respuestas, las
encontré en la meditación Raja yoga, donde me estaba
esperando la vida.
Aprender a meditar
El
camino a reencontrarme
Viendo para atrás, puedo ver que el reencontrarme, fue
un proceso de búsqueda. Pero, sobre todo, fue una etapa
que puedo ver hoy, a la distancia, que me condujo de lo
corporal y material, hacia lo espiritual y sutil. Es
decir, fue pasar en un primer momento, desde vivir: el
“hace lo que quieras" de los placeres mundanos. Hasta
seguir una búsqueda constante, para solucionar los
problemas físicos, los cuales, yo pensaba en esos
momentos, eran la raíz de mi pesar e infelicidad.
Pero fue después de 25 años, que encontré en la
meditación un tratamiento integral, que me ayudaría a
sanar, de una manera holística.
Decía un poco antes “en esos
momentos” porque desde que llegué a la meditación, hace
casi 15 años. Puedo observar los efectos físicos, que me
producen los distintos procesos mentales, emocionales y
espirituales en los que ingreso, cada vez que trabajo
conscientemente a través de la meditación en traumas
profundos del alma. En pro, de la autotransformación de
la personalidad, influyendo así, en el todo.
Proceso
de transformación
Aspectos
notables de la meditación
¡El viaje de la meditación es tan fascinante! porque es
método, trabajo, paciencia, entusiasmo, coraje,
determinación
Es método,
porque da herramientas claras, específicas y precisas.
Que, si las seguís, los resultados son contundentes.
Es un trabajo,
porque creo, que todo lo que es bueno y nos hace bien,
requiere un esfuerzo constante y sistematizado. Y ese
esfuerzo, es a todo nivel. Desde lo físico, hasta lo
espiritual, porque estar bien, no es algo casual.
Es paciencia,
porque a pesar de que los resultados, los empezamos a
ver casi inmediatamente con la práctica regular. Los
grandes cambios en nuestra vida, los vemos, a medida que
se incrementa la calidad y la intensidad de nuestros
esfuerzos.
Es entusiasmo,
porque es muy motivador y esperanzador, ver los cambios
que experimentamos en nuestro ser y, por consiguiente,
en nuestra personalidad, relaciones e interacciones. Y
poder ver que todo eso, es el fruto de nuestra
constancia y trabajo.
Es coraje y determinación,
dado que la meditación es un camino de auto conocimiento
y auto transformación. Y debido a que toda
transformación es dolorosa, ya que requiere cambios
radicales. Es por eso, que es necesaria una firme
convicción, junto con un determinado y contundente
coraje, para llevarla adelante.
Debido a que, cuando iniciamos cambios profundos, surgen
de manera inevitable: la bronca, el miedo, la negación,
la resistencia, el dolor y toda una gama de emociones
negativas, que no son otra cosa, que la expresión de
nuestro propio ego, que pretende continuar establecido,
en su zona de confort.
La
meditación
la otra guerra
Una es física, la otra espiritual; una es con armamentos
materiales, la otra es con armas sutiles: como son los
pensamientos elevados, los sentimientos puros, el
conocimiento espiritual, la práctica regular; una es por
la libertad de un territorio en general, la otra, por la
libertad del alma, del ser; una es contra soldados
físicos, la otra, contra las fuerzas sutiles que hay en
el alma, que son los vicios espirituales: la ira, el
apego, la lujuria, la avaricia y el ego.
Es espiritual, porque entendemos que somos un alma o un
espíritu. Que somos el alma que se expresa a través de
un cuerpo y que, con él, viene para tener experiencias
humanas.
La lucha, es recuperar la conciencia ¿qué conciencia? La
conciencia de ser un alma. El resultado de esta lucha,
es la liberación del alma, esto es: volver a vivir con
paz, amor, pureza, felicidad y verdad, que son la
naturaleza original del alma.
Pero hay una inmensa diferencia en esta guerra. Las
guerras físicas, terminan en algún momento y la vida
sigue. Pero la lucha en el alma, es mientras vivas.
Debido a que el ego está instalado en nosotros. El
convive con esta nueva conciencia que queremos
establecer. Nunca va a querer renunciar al territorio en
el que siempre gobernó, hasta que la nueva conciencia se
instale con la fortaleza de la espiritualidad, que es
vivir constantemente con virtudes.
Cómo meditar
Unos años antes, había empezado con otra técnica de
meditación, cuya meta era, no pensar. Pero a mí, no me
resultó. Digamos, al principio sí. Me hizo bien, en el
sentido que me ayudó a frenar un poco la cabeza. A poder
Sentarme, observar mis pensamientos, quedarme quieto…
digamos, que me calmó un poco. Pero no mucho, porque en
realidad mi cabeza no paraba.
Pero, cuando empecé a meditar acá, con la meditación
Raja yoga !Waaaaah¡ ¡fue volaaaaar! Sentir paz, sentir
amor espiritual, sentir alegría supra sensorial (más
allá de los sentidos) nunca me imaginé que meditando
podía sentir todo eso. ¡Era como volver a vivir! ¡Cómo
que el alma, empezaba a respirar de nuevo! ¡Sentía como
que mi alma revivía! ¡Waaaah!
Pero, lo más duro, al principio, fue parar, sentarme, es
decir, dejar quieto el cuerpo. Sentarme fue el ¡gran,
gran desafío!. Porque al principio me sentaba, y no me
podía quedar quieto, ¡Uf! ¡fue una lucha que el cuerpo
se quede quieto!
Después, tenía en claro, que venía la otra lucha, la
verdadera lucha, que era cambiar la forma de pensar. Es
decir, aprender a pensar positivamente, no parar de
pensar.
La técnica para meditar en el Raja yoga, es:
En primer lugar, quiero dejar en claro, que, en este
ensayo, no vamos a poner el foco en la práctica, es
decir, no voy a entrar en los detalles de cómo nos
relajamos, nos concentramos, etc. Sino que voy a tratar
de describir de una manera ligera mi experiencia.
Tratando de mostrar sus características particulares,
teniendo en cuenta que, aunque hay miles de técnicas de
meditación. Podamos ver sus singularidades, las cuales
me llevaron, a través de esta práctica, a la sanación
del cuerpo y del alma.
Dejando por último de manifiesto, mi anhelo profundo de
que alguna persona, se pueda beneficiar con esta
experiencia.
1°
Relajar el cuerpo
Yo diría, que es como aflojarlo en realidad, como para
que las tensiones físicas, no distraigan tu atención en
el proceso de la concentración. Es breve, solo sería
asignar, unos minutos a esto. Porque en realidad, no hay
que confundirse. El foco en esta técnica, es para
concentrar el pensamiento y no para relajar el cuerpo.
Después, con la práctica regular descubrimos, que esto
pasa de manera natural, cuando la mente se concentra
profundamente, en los pensamientos positivos.
En esta parte ¡me gustó mucho! que no tenía que sentarme
en la posición de loto. Sino, que todos nos sentábamos
en una silla para meditar.
El loto me acalambraba ¡tanto las piernas! ¡uf! cuando
meditaba durante mis prácticas del Hata yoga (el yoga
más común de por aquí). Pero acá, en esta práctica. Me
parece válido recalcar, que no es importante la posición
del cuerpo tampoco, porque incluso, se puede meditar
caminando, o acostado.
Además, un aspecto importante de la relajación, es que,
aunque en este paso, llevamos el foco de la atención a
nuestro cuerpo, en realidad éste, por lo tanto, sería el
primer paso en nuestra concentración, de sacar el foco
del afuera, para llevarlo hacia adentro.
2°Concentración
Esto, sería también, lo que llamamos introversión. Un
viaje, entre estar en el afuera, que sería, percibir la
vida desde lo corporal o sensorial; a ir hacia el
interior, que sería observar la vida desde mis
sentimientos puros, es decir, desde el alma. En
síntesis, la concentración, en esta técnica meditativa,
es un estado de la mente, no del cuerpo y tiene que ver
con llevar la atención hacia los pensamientos y
sentimientos del alma.
Porque puedo estar en mi cuarto, con mi celular y estar
totalmente extrovertido, porque mi atención está en
cosas materiales o mundanas. Como así también, podría
estar sentado en un banco, en la calle, donde pasan
miles de personas y estar con mi atención totalmente
abstraída del afuera y focalizado totalmente en mis
pensamientos o emociones, esto, sería la concentración
en el Raja yoga. Es decir, sería el foco, la atención.
Teniendo en cuenta que, “como se dice cuando hablamos en
esta materia”
donde va mi atención, va mi energía y eso crece.
3°
Contemplación
Esto,
sería en principio, según entiendo, entrar en un proceso
mental, en una conversación profunda entre mi yo
consciente y mi subconsciente. Basado, en un
entendimiento o, un conocimiento espiritual.
En principio, ese conocimiento, sería el de la filosofía
del Raja yoga. Que me daría las herramientas teóricas,
con las cuales construyo ese diálogo.
Desde este conocimiento, puedo entender “cómo es el
alma” y podría empezar a crear pensamientos como: “soy
un alma de paz, un ser ilimitado”. Y si mantengo ese
pensamiento una y otra vez, y me profundizo en la calma,
y voy más profundo, y entro en la paz, hasta empezar a
sentirlo, ahí, entraría en la contemplación.
En resumen, podríamos decir que, en esta etapa, usamos
el conocimiento para crear pensamientos elevados, puros
y espirituales. Es decir, que utilizamos la energía más
elevada del alma, para describirnos a nosotros, nuestra
propia naturaleza espiritual, y así, poder empezar a
sentir una empatía, que me permita, empezar a sentir al
alma, poder experimentarla.
4°
Realización
Podemos ver hasta aquí, cómo fuimos profundizando en el
proceso. Empezando por lo físico y siguiendo en una
transición de lo físico a lo mental. llegamos en esta
instancia, a la experiencia, de crear sentimientos
puros. Es decir, primero creamos los pensamientos y con
ellos, creamos los sentimientos elevados.
Entonces, en este paso, mantenemos el pensamiento puro
que creamos en el paso número tres, “soy un alma de paz,
un ser ilimitado”, lo repetimos, una y otra vez,
mientras nos vamos concentrando en él. Vamos más
profundo…. más...más…. más… entramos más en el silencio,
más en la profundidad de mi ser…. de yo, el alma. Y
seguimos en esa búsqueda, con calma, con paciencia,
disfrutando…. Hasta que llega ¡ese momento! ¡esa luz!
¡hasta que llegamos a sentir esa energía! ¡Hasta tener
la certeza, de que estamos sintiendo aquello en lo que
estábamos pensando! ¡Aquello incluso, en lo que ni
siquiera recuerdo si lo sentí alguna vez!
Pero ahora, nos damos cuenta que somos parte de esa
experiencia. Incluso sentimos que somos los creadores de
este estado ¡de esa luz interior! ¡de esa energía
divina! ¡de ese sentimiento!
¡Pero cuidado! tenemos que tener en claro, que ese
momento, puede no llegar ni el primer día, ni en la
primera meditación, ni en la segunda; o sí. Sólo tenemos
que mantener la consciencia de que éste, es un proceso,
un viaje interno, en el cual, necesitamos método,
práctica, paciencia, amor por mi ser, fortaleza, porque
muchas veces queremos desistir. Pero sí, mantengamos la
certeza, que se puede lograr y que, todos estamos
capacitados para ello.
Esto, en definitiva, sería tener “la realización, de que
soy el creador del sentimiento de paz, amor, etc.”.
5-Meditación
¡Al fin! llegamos a la última etapa del proceso. Un
proceso que nos vuelve conscientes de quiénes somos, que
nos vuelve pacíficos, amorosos y dichosos porque lo
sentimos y no, personas que hablamos en teoría sobre
eso. Un proceso que requiere de mi atención y que me
conduce, al autoconocimiento, porque puedo experimentar
quién y cómo soy, mientras, que en el proceso me voy
transformando (auto transformación). Por eso que se
dice: donde va mi atención, va mi energía …….
Entonces, ¿En qué consiste esta etapa de la meditación?
Llegamos a que, en el paso anterior, experimentamos que
somos capaces de crear sentimientos puros. A los cuales,
arribamos a través de la relajación primero, la
introversión o concentración después y, por último, la
contemplación de los pensamientos puros. De esa forma,
llegamos a “la realización de sentir aquello que
pienso”.
En este último paso, vamos por más. ¡Vamos a
experimentar nuestra esencia original!
En el Raja yoga se dice, que “somos paz, amor,
felicidad, pureza, verdad y todas las virtudes y
capacidades innatas que hay en el alma”. Es decir, no es
que tengo paz, o que tengo amor, no. ¡Soy paz! ¡Soy
amor! Porque pensar que “tengo paz o amor”, tiene que
ver con mi visión limitada o corporal. Cuando en
realidad, el alma, es una entidad eterna e ilimitada,
hecha de “esa materia”. Ya que, todas las cualidades,
son “su energía”, y no, algo que tengo en un momento y
en otro no, o que depende del lugar donde estoy, o de
las personas que me rodean o de lo que hago. En
realidad, soy esa esencia original.
Entonces, la meta en este paso, no es sólo sentir en
unos momentos, mientras estamos sentados, quietos,
concentrados, meditando. Sino, volverme eso. Digamos,
volverme la paz, el amor, la pureza, en todo momento y
que lo pueda experimentar en todas las situaciones,
relaciones y conexiones. Vendría a ser, volverme una
personificación de eso. O, más simple, volverme un ser
de paz, un ser amoroso, volver a mi naturaleza original.
Para eso, necesitaríamos mantener un estado meditativo
constante, eso sería, mantenerme relajado, calmado, con
pensamientos positivos y con un estado constante, de
sentimientos puros.
Te dejo por ahora esta experiencia, con la promesa de
que vamos a seguir profundizando en futuros escritos, en
estos temas tan apasionantes.
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